Fear comes home, confirmación normal

You have nowhere to run

¿Qué ocurriría si el hogar ya no fuera tan seguro? Y los secretos dejasen de serlo, observados por una cámara, arrancados de una privacidad que ya no les pertenece. ¿Cuál sería la reacción al saber que su más oscuro secreto es ahora propiedad de alguien más?

Cientos de ojos vigilan a los habitantes de este edificio, unos ojos que no parpadean ni se pierden un solo movimiento; y detrás de esos ojos, decenas de manos trazan las acciones que vendrán tras cada decisión, tras cada palabra pronunciada dentro de sus cuatro paredes. En este laberinto, las ratas de laboratorio son los habitantes, quienes dan vida al experimento científico y social más aterrador de todos los tiempos. Nadie que acepte vivir aquí está a salvo de una vida donde la privacidad va perdiéndose poco a poco.

Muchos los llaman "el experimento prohibido", pero quienes dirigen la investigación saben que la vida privada ha quedado atrás a través de las redes sociales; aunque el ser humano se empeñe en su necesidad de tener un lugar seguro, privado, único, al que llamar hogar. Un sitio donde quitarse la coraza y la máscara, y ser únicamente, sin nadie que pueda descubrir sus secretos.

Las cámaras se ocultan demasiado bien en este modesto edificio, cuyos constructores buscan mover desde las sombras los hilos de la mente humana, ¿qué sucedería si se supiera aquello que tanto te esfuerzas por esconder? Es más que un simple juego, un experimento social escondido detrás de estas paredes de las que nadie puede huir.